20/07/2021

Elisa Otero vive con Esclerosis Múltiple desde hace casi dos décadas. Vive sola por elección propia y ama sentirse libre. Es una de las 52 personas usuarias del programa de CODISA PREDIF Andalucía ‘Fomento de la Vida Independiente a través de la Asistencia Personal’. Este apoyo le ha permitido realizar de nuevo actividades que tenía vedadas desde que se mueve en silla de ruedas.

“Vivir sola me ha ayudado a seguir siendo yo misma”. Lo dice Elisa Otero durante la conversación que tiene lugar en el salón de su casa, en Sevilla. ¿Quién es Elisa? Una mujer que aprendió que lo importante no es qué te ocurre en la vida, sino cómo lo afrontas. Que recibió el diagnóstico Esclerosis Múltiple hace casi 20 años, cuando ya vivía con artritis reumatoide. “No pienso en lo que la enfermedad me impide hacer. ¿Para qué darle vueltas? Me centro en lo que sí puedo hacer y en lo que me gusta”. Y es sentirse libre lo que más le gusta. Por eso vive sola. Aunque tenga que invertir una hora cada mañana en ducharse y vestirse. “La gente dice… ¿Cómo puedes vivir sola? No pasa nada. Vivo bien sola. Es más lo que la gente pueda imaginar. No es para tanto”.

Elisa Otero descubrió hace poco la asistencia personal, el apoyo ideal para quien ama su autonomía. Y lo hizo con el programa ‘Fomento de la Vida Independiente a través de la Asistencia Personal’ de CODISA PREDIF Andalucía.  “No sabía que existía la asistencia personal. En absoluto. Me hablaron de ella en PREDIF Sevilla. Y cuando me lo explicaron pensé… Esto es para mí”.

“La asistencia personal me ha dado todavía más autonomía”

Decidió participar entonces en este proyecto piloto, que cuenta con el apoyo de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía. Y con la intervención del equipo de PREDIF Sevilla conoció a Moisés, que acabaría convirtiéndose en su asistente personal. “Los primeros días fueron para conocernos Moisés y yo. No quería que estuviera demasiado encima de mí. Quería mantener mi autonomía y no sentirme agobiada… No sabía cómo iba a ser”, recuerda Elisa. Dudas lógicas, claro, que desaparecieron cuando Moisés demostró conocer bien su papel. “Ha sido respetuoso y ha sabido ocupar su espacio. Estando con él, si podía hacer algo sola, pues lo hacía… No he tenido la sensación de tener a alguien encima”.

Elisa Otero

La fotografía muestra ahora esa escena tan cotidiana en los últimos meses para Moisés y Elisa. Ella, en su silla de ruedas, subiendo a su furgoneta adaptada para conducir hasta el lugar de destino. Él, aguantando la silla que guardará en el maletero para ocupar, a continuación, su puesto de copiloto.  “Yo tengo coche, me gusta conducir y quiero conducir yo”.  

Conducir, por ejemplo, hasta las instalaciones algo apartadas donde en los últimos meses ha estado recibiendo terapia ecuestre. O hasta las ruinas romanas de Itálica, sin buena conexión en bus desde su barrio. Con Moisés junto a ella para salvar las barreras que pudiera encontrar. “He tenido oportunidades que había dejado aparcadas. He recuperado momentos para mí sin tener que depender de la disponibilidad de mis amigos. De tener todavía más autonomía”.

La autonomía necesaria, en realidad, para hacer lo que es normal para cualquiera que no va en silla de ruedas. Como ir a comprar ropa a un centro comercial sin pensar si los pasillos de las tiendas serán lo suficientemente anchos para la silla y si las perchas estarán a su alcance. O entrar, con la ayuda de Moisés, en las tiendas del centro de la ciudad que incomprensiblemente siguen teniendo en la puerta escalones, pero que a ella tanto le gustan y que no había podido visitar desde hacía años. Como esa librería de la calle Sierpes o esa tienda de complementos en la que encuentra regalos ideales. “La asistencia personal me ha permitido comprar regalos para mis amistades donde yo quiera. Poder ir a cualquier hora donde me apeteciera”.

El derecho a la plena participación en la comunidad

La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU reconoce en su artículo 19 el derecho en igualdad de condiciones de todas las personas con discapacidad a vivir en la comunidad, con opciones iguales a las de las demás. La asistencia personal es la figura que permite este derecho a la plena participación social. Por eso, CODISA PREDIF Andalucía apuesta por ella y, en coordinación con sus entidades miembro, desarrolla el programa ‘Fomento de la Vida Independiente a través de la Asistencia Personal’: una experiencia piloto que en 2021 lleva este apoyo durante tres meses a 52 personas con discapacidad y en situación de dependencia de la comunidad autónoma.

Una de ellas, Elisa Otero. La mujer que tanto ama su autonomía y que descubrió ante la Esclerosis Múltiple primaria y progresiva con la que vive tener más fuerza mental de lo que creía. Que quiere exprimir al máximo las posibilidades que su cuerpo le da hoy sin pensar en las limitaciones que pueda tener en el futuro.  Ella, Elisa, ya sabe que tiene en la asistencia personal su aliada.       

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